En julio se inicia el nuevo curso en el centro de atención temprana. Este mes de junio los profesionales reparten las plazas entre los niños que las han solicitado. Nosotros hemos pedido una para Enrique, pues, al igual que a Santi, a Quique también le recomiendan un tratamiento de estimulación y fisioterapia para, en la medida de lo posible, prevenir los problemas osteoarticulares.
En Adempa, el centro de atención temprana al que asiste Santi, nos han dejado claro que Enrique no va a conseguir esa plaza. ¿Cuál es la razón? En su opinión, Quique ahora mismo no necesita el tratamiento más que otros niños que tienen en lista de espera. Entendemos que hay más niños con problemas y sabemos que los nuestros no son los únicos que precisan de tratamiento. Nos explican que primero deben otorgar las plazas a los niños más graves y más pequeños, pero ¿de verdad hay tantos niños de 10 meses con una enfermedad grave y degenerativa diagnosticada como para que Enrique se quede sin plaza? Por supuesto, deseamos que las plazas las reciban quienes de verdad las necesitan y somos conscientes de que hay niños más afectados que Enrique, pero no entendemos que de entre todas las plazas de que disponen Quique no acceda a una. Ellos han valorado a Enrique y piensan que en estos momentos el tratamiento para él sería algo preventivo. No me entra en la cabeza que conociendo su enfermedad y viendo la evolución de la misma en el hermano mayor no consideren necesaria esa prevención. Yo les digo, hoy es preventivo pero mañana será tarde. Ellos me contestan que hay más niños y me ofrecen una plaza privada. Insisto en que entendemos que hay más niños con necesidades y no queremos pasar por encima de ninguno de ellos. Desde que me ofrecen la plaza privada veo clara la verdadera razón del problema. Ya estamos con el dinero por delante. Santi tiene una plaza concertada y solicitamos otra para Enrique. Quizá dos niños con plaza concertada en la misma familia es demasiado pedir. ¿Por qué siempre el dinero está por delante de las personas? Si pagas todo son facilidades, si optas a las ayudas comienzan los impedimentos.
Es muy triste... y es la cruda realidad. Se me ocurre que puedes intentar alegar al defensor del menor o mirar qué trámites puedes seguir para reclamar... El dinero de las plazas concertadas vendrá de algún sitio y en ese sitio se podría reclamar o presionar para que se aplique un baremo razonado y equitativo.
ResponderEliminarComo tu bien dices, se trata de garantizar que hay atención para todos los niños que lo necesitan y de que a ti también te garanticen que no hay razones económicas para denegarte una plaza para Enrique.