sábado, 21 de mayo de 2011

Operación superada

Los días de hospital siempre son muy cansados. Ayer intervinieron a los niños, les colocaron el "port a cath". Todo fue bien, mejor de lo esperado.
Llegamos al hospital a las 9 de la mañana, dudando de si les operarían o no. Los niños estaban resfriados y, aunque no habían tenido fiebre, la doctora nos había avisado de que podían decidir no operarles. Debía valorarlo el anestesista.
En el control previo a la operación, el termómetro de Santi marcó 37 grados y el de Enrique 37,7. En ese momento pensamos que a Enrique no le intervendrían, esperábamos que por lo menos a Santi sí. Menos mal que al rato volvieron a medir la temperatura de Enrique, esta vez marcaba 37,4. "Es normal" -nos dijo la enfermera- "a los niños les suele subir un poquito la fiebre cuando están tantas horas sin comer". Entonces, el anestersista habló con nosotros, nos informó de los riesgos y nos comunicó que operarían a los dos.
Pensábamos que Santi no lo iba a pasar bien. Es un niño muy comilón y lo de tener que mantenerle en ayunas nos asustaba un poco. Nos decíamos: "pobre, cómo aguantará". Aguantó y muy bien, está hecho todo un campeón. Desde la cena no probó bocado. Sobre las 12:30 operaron a Enrique. Mientras, Santi esperaba en la habiatación del hospital viendo sus dibujos preferidos sin acordarse de la comida. No llegó su turno hasta cerca de las dos de la tarde y él tan campante, sin protestar.
Tras la operación la cirujana nos dio una grata sorpresa, si los niños se encontraban bien nos podíamos ir a casa esa misma noche. Y así fue, el día fue duro, largo e intenso pero la noche la pasamos en nuestra casa. Y mejor que aquí en ninguna parte.
El despertar de la anestesia fue lo peor porque los niños estaban atontados y molestos. Protestaban mucho, Enrique me pedía el pecho pero no debía dárselo hasta pasadas dos horas y Santi sólo quería tranquilidad.
Cuando por fin pudieron comer los niños se tranquilizaron. Enrique consiguió dormir un rato y Santi, poco a poco se iba espabilando. Teníais que haber visto su cara, se iluminó cuando la enfermera le llevó un yogur a la habitación. Eso fue sobre las 7 de la tarde, hasta entonces no había tomado nada salvo un vaso de agua. Una hora después estábamos de camino a casa.

4 comentarios:

  1. Zita y Javier, me alegra mucho que todo haya salido tan bien y que los niños se hayan recuperado...Otra prueba más superada campeones!!!!
    Un abrazo muy fuerte.
    Ana

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  2. Me alegro mucho que todo haya ido tan bien.

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  3. Ahora ya a pensar ya en el tratamiento. Me alegro mucho de que haya ido tan bien y tan deprisa.

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  4. Me da mucho gusto que todo haya salido bien, mucha suerte para cuando inicien el tratamiento :D

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