domingo, 12 de agosto de 2012

Qué decepción

Pensaba no darle más vueltas al tema de los audífonos. Me había convencido de que son buenos para Santi y, con el tiempo, esperaba  confirmarlo. Pero la última revisión al otorrino me ha hecho cambiar de opinión. Ahora estoy convencida de que los audífonos no sirven para nada. Y la propia audióloga lo ha reconocido.
Llegamos a la clínica dispuestos a una nueva audiometría. La audióloga nos pidió llevar también a Quique para una nueva valoración. ¿Para qué? Su caso estaba zanjado, el otorrino nos dijo que la pérdida es leve y, por el momento, solo le vigilará.
Nos atendió una audióloga distinta, creía que la nuestra estaba de vacaciones, pero pasó a saludarnos así que no sabemos los motivos del cambio. Eso es lo de menos. Tras evaluar a los niños, la especialista no tuvo más remedio que admitir que la respuesta con audífonos es nula. Entonces nos explicó lo que ya sabíamos y tantas veces hemos intentado hacer entender al médico. El problema de Santi no es una mera pérdida auditiva, parece algo más, su cerebro no funciona como debiera. Es propio de las enfermedades metabólicas la falta de mielina (algo que ya habíamos confirmado en ambos niños). La mielina es una sustancia encargada de transportar los impulsos nerviosos. De nada sirve aumentar el volumen de los audífonos si la mielina no actúa y, ¿cómo va a hacerlo si el organismo no produce la necesaria? 
- Quizá haya que estimular a Santi con otro tipo de ejercicio - nos recomendó la audióloga- por ejemplo, con música clásica.
Y nos enseñó los dvd's de Baby Einstein, en concreto, el baby Mozart.
Al terminar con Santi, comentó la prueba de Quique. Tampoco nos dijo nada que no supiéramos. La pérdida es leve:
- Mandaremos el informe al otorrino para ver qué opina - comentó ella.
- El otorrino ya vio la prueba anterior - le expliqué. - Dijo que oye bien. De momento, solo quiere vigilarle.
Después de oir esto la audióloga convirtió la pérdida "leve" de Enrique en "moderada" y nos recomendó ponerle audífonos.
¿Se creen que somos estúpidos? La enfermedad de los niños es la misma. Ya hemos gastado un dineral en unos aparatos que a Santi no le sirven de nada y seguimos malgastando dinero en ellos, puesto que debemos cambiarles las pilas, las pastillas antihumedad y los tubitos de los moldes... ¿De verdad piensan que voy a comprar más audífonos teniendo como experiencia el caso de Santi? ¿Qué pasa, que con la crisis han dejado de vender audífonos y ven en Enrique un posible cliente?
En octubre acudiré con Santi a la consulta del otorrino, en el hospital 12 de octubre. Podré informar al médico:
- Le hemos puesto los audífonos a Santi. Lleva seis meses con ellos y no ha habido ningún cambio, no hemos obtenido ninguna respuesta. ¿No revelaban los potenciales evocados una importante sordera que se corregiría con la ayuda de audífonos? Tan seguro estaba de que el retraso mental y la falta de habla venían provocados por su severa pérdida auditiva. La solución que nos dio parece no funcionar, ¿ahora qué?

1 comentario:

  1. Lamento muchísimo leer esto, Zita... Está claro que en el caso de Santi hay algo más a parte de una "simple" pérdida auditiva, porque en seis meses habría ya algún resultado (desde luego no hablar, pero si responder a los estímulos sonoros). Y si el problema está en el nervio, creo que con implantes cocleares tampoco habría resultados... Además de la música, ¿qué os aconsejan?

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