¡Cuánto tiempo desde la última entrada! Y es que, las últimas semanas han sido agotadoras. Un virus ha sido el culpable. Primero cayó Santi. Ha pasado dos semanas de fiebre alta, aftas en la boca, encías sangrantes, sin querer comer debido al dolor y sin poder domir a casua del malestar. Se ha perdido una sesión de tratamiento aunque supongo que para él no ha sido tan malo porque se ha librado del pinchazo y el aburrimiento del hospital. Además, ha podido atiborrarse de yogures, su comida preferida. Era lo único que tomaba con ganas. Ahora, totalmente recuperado puede asistir al campamento de verano en el cole y disfrutar de pictos, canciones, juegos, divertidos talleres y dos días a la semana de piscina.
Santi ya está bien. Ahora es Quique quien sufre la fiebre y el malestar. Normal, son hermanos y están siempre juntos. Esta semana Quique perderá el tratamiento enzimático y deberá retrasar el ciclo de quimioterapia para la próxima.
Pero hay que mirar el lado bueno, Santi ya puede disfrutar de sus vacaciones. En el campamento se lo está pasando en grande. Al recogerle el primer día, los especialistas me comentaron que le vieron bien, integrado la mayor parte del tiempo, jugaba, reía y bailaba.
- "Pronto se quitó los audífonos" - me dijo un monitor- "y no hemos podido ponérselos. De todas formas, Santi oye bien ¿no?"
- "La audición en Santi es un gran misterio" - contesté- "En este tema estamos bastante perdidos."
- "Cuando hemos puesto música, en seguida, se ha puesto a bailar y responde a su nombre estando de espaldas."
- "Parece que oye bien en determinadas frecuencias. En otras la pérdida es enorme. Lleva los audífonos desde hace poco, habrá que darle más tiempo."
Qué curioso, todo el conoce a Santi opina lo mismo, piensa que el niño no necesita audífonos.
Yo le he dado muchas vueltas a este tema y creo que ya es momento de dejarlo. Mi conclusión es simple, Santi no oye todo lo que debiera y los audífonos supondrán un gran beneficio para él. El tiempo lo dirá.
Yo le he dado muchas vueltas a este tema y creo que ya es momento de dejarlo. Mi conclusión es simple, Santi no oye todo lo que debiera y los audífonos supondrán un gran beneficio para él. El tiempo lo dirá.
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