Lo más interesante vino por la tarde, más relajada y menos científica pero más reconfortante. Como novedad, este año, la tarde se dividió en dos salas: una dedicada a afectación no neurológica y otra a afectación neurológica en la cual participamos.
Tras la experiencia personal de una familia afectada por Mps II, Sonia Arias y Juan Pablo Cobos de la asociación ADHIN, nos hablaron sobre terapias ecuestres.
Me llamó especialmente la atención esta ponencia. Trabajan con un equipo multidisciplinar formado por fisioterapeutas, psicólogos, etc, para cubrir todas las necesidades de los pacientes y realizan actividades de monta o de pie a tierra tanto individuales como grupales.
Desarrollan diversas terapias que favorecen el desarrollo físico, psicológico, cognitivo... y usan al caballo porque transmite calor corporal, impulsos rítmicos y un patrón de locomoción y siempre se establece un vínculo entre el animal, el terapeuta y el paciente.
Nos hablaron de cuatro disciplinas fundamentales. La hipoterapia aprovecha el movimiento del caballo al paso para favorecer un desarrollo psicomotor. El paciente sube al caballo siempre acompañado del terapeuta quien lleva el control del animal. La equitación terapéutica destinada a personas con discapacidad motora, cognitiva, mental o con problemas de inclusión social, donde el paciente controla el animal. La equitación adaptada combina la terapia con el ocio. Y la terapia conductual para niños con trastornos de conducta, trabaja la atención, el respeto y pretende una modificación de conducta.
También desarrollan programas para familias, con talleres de respiro y gestión de emociones siempre buscando la máxima de cuidar al cuidador.
Son muchos los beneficios que estas terapias aportan. Chicos con problemas de movilidad sienten el ritmo del caballo, se hace mucho ejercicio sin ser plenamente consciente, mejora al autoestima y la ansiedad, el movimiento del caballo ejerce un efecto de relajación...
Además, nos comentaron mejoras en el área de comunicación y lenguaje pues favorece la capacidad respiratoria, en el área psicomotora porque beneficia al equilibrio y la coordinación, en el área de sociabilización pues se crea un fuerte vínculo entre las personas y el animal y en el área motora trabajando, por ejemplo, la hipotonía.
Me gustó tanto este tema que me planteo probar alguna terapia con Quique. Solo tendríamos que conseguir que superara su miedo a los animales. No creo que quiera ni acercarse a un caballo. Y tendría que informarme bien si el dispositivo intratecal es compatible con el movimiento del caballo.
La siguiente intervención de la Dra. Rovira Martí, Cómo actuar ante un paciente MPS en consulta de
cirugía ortopédica, no me gustó nada. Básicamente se centró en la historia y síntomas de cada tipología de MPS.
Después, una ponencia dedicada a la asociación y su labor. Nos comentaron las funciones principales de la asociación (información, registro de pacientes, difusión, organización de eventos y congresos y atención a familias). Incidieron en la necesidad de participar en las actividades que promueven, así como en la necesidad de colaborar con la difusión y la organización de eventos.
También nos comentaron nuevos proyectos para mejorar la atención a familias y afectados y para impulsar el trabajo con los jóvenes.
Aprovechamos para apuntarnos bien la fecha del próximo Symposium Internacional MPS que se celebrará los días 1 a 3 de agosto en Barcelona en 2020 (
www.mps2020.com).
Por último, destaco la intervención de Eduardo Brignani, ¿Cómo renovar nuestra fuerza interior para afrontar la adversidad? Un rato de reflexión donde hablamos sobre la adversidad, de dónde procede nuestra fuerza interior, revisamos qué es ser feliz, dialogamos sobre la vida y la calidad de vida y aprendimos que somos capaces de afrontar y asimilar cualquier adversidad.
El congreso terminó con la actuación de los niños y la presentación del proyecto la ruta de Woody.