lunes, 14 de enero de 2013

Nuevas palabras

Quique perfecciona su vocabulario. En este tema, debería estar más suelto pero estamos muy contentos de su evolución. Entiende todo a la perfección, quizá lo más importante, y poco a poco se expresa hablando.
Ahora dice "papá" y no "tatá" para llamar a su padre, y no sólo a este, también a papá noel y cualquier hombre que vea.
Ya distingue el "oma" (toma) del "ame" (dame) que siempre acompaña con un gesto de su mano.
Ha mejorado su "atí" (aquí) y, la mayoría de las veces, ya entendemos claramente "aquí".
El "uada" (guardar) se ha trasformado en "yiayia" y lo usa siempre al recoger las cosas. Y es que Quique es muy ordenado, todo lo coloca en su sitio, si hay algo que no está donde debe, él se ocupa de llevarlo a su lugar correspondiente. Todo, excepto sus juguetes, claro, que pueden estar esparcidos por el suelo sin importarle.
Ya no solo pide "aetas" (galletas), ahora también quiere "eche" (leche) para acompañarlas.
Qué contento se pone cuando en sus cuentos escuentra un "pe" (pez) o un "pa" (pato) porque los reconoce perfectamente.
Por la calle, le encanta "taata" (saltar) todos los bordillos que encuentra a su paso.
Es capaz de enlazar tres palabras seguidas para formar una frase, "mamá i ta" (mamá ahí está) y, por supuesto, lo hace señalando a su mamá.
Y siempre dice adiós con su manita cuando se despide.
Pero no solo habla, su comprensión es muy buena. Entiende órdenes sencillas, incluso cuando se le dan dos a la vez.
Casi se desviste solo, se quita el abrigo, los zapatos, los pantalones y calcetines. Intenta vestirse solo, es capaz de ponerse los calcetines y los pantalones sin ayuda. No hay abrigo o chaqueta  que se le resista, él solo se lo pone aunque a veces lo haga alrevés.
Come sin ayuda, utilizando cuchara, tenedor y, como no, las manos.
Me ayuda a cambiarle el pañal, se lo quita y se sujeta la camiseta para que yo pueda ponérselo cómodamente estando él de pie. Algo que me parece importante, cuando está sucio e incómodo me pide que le cambie el pañal. Creo que a Quique puedo intentar quitárselo, algo que con Santi había asumido como una tarea imposible.
Solo le falta dormir bien, porque no hay noche que duerma del tirón. Algunas, incluso se levanta sobre las tres de la madrugada y se va a buscar sus juguetes o me enciende la luz de la habitación. Es el más pequeño y el que más sitio ocupa en la cama. Bueno, poco a poco. Algún día conseguirá dormir él solito toda una noche entera. 
 

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