viernes, 25 de enero de 2013

Revisiones

Me doy cuenta de que algunos médicos no muestran interés por sus pacientes. Es cierto que al tratarse de niños sulen ser más cariñosos y cuidadosos. Aún así, con frecuencia me encuentro con alguno que, con la excusa de "es para no hacerle llorar", pretende realizar una revsión rápida con el único objetivo de terminar lo antes posible. Casi ni se molesta en mirar al niño. Por suerte, la mayoría, toma el tiempo necesario para hacer una buena revisión. 
Normalmente, intento hacer coincidir las consultas en martes, día que Quique recibe su tratamiento enzimático, para acudir al hospital lo menos posible. No es mucho pedir, teniendo en cuenta que debemos asistir todas las semanas. Pero no siempre puedo, unas veces por cuestiones de organización del hospital, y otras porque el propio médico no está dispuesto a desplazarse a la planta séptima de oncología para ver al niño. Y lo único que debe hacer es subir ocho plantas en ascensor y, por supuesto, cuando a él le vaya bien. Estamos allí todo el día, puede elegir el momento que más le convenga. Claro está, para el doctor es más cómodo desplazar al peque aunque esté conectado a la bomba. 
No es el caso de nuestro reumatólogo, un médico comprometido, amable y dispuesto a facilitarnos las cosas. Qué gran persona. En cuanto la doctora le pidió una cita para Quique, no dudó en subir al hospital de día para visitarle. Y, como no, hizo una revisión muy completa manipulando a Quique cuando lo necesitaba. Y sin hacerle llorar porque con calma, paciencia y buenas palabras se consigue.
El resultado satisfacorio. El médico me explicó que no observa ningún cambio con respecto a la última visita. Qué buena noticia. Si pasa el tiempo sin empeorar, todo va bien.

1 comentario:

  1. Hola! No tengo el gusto de conocerte pero desde hace meses leo tus escritos, y sólo quería darte un abrazo. Siento en el corazón la pérdida de Santi y sólo puedo darte ánimos para que sigas luchando. Yo también soy madre de dos niños, últimamente hemos tenido muchos problemas con el pequeño, entre ellos, pruebas y analíticas para descartar esta enfermedad. Aunque todavía no tenemos los resultados, durante este tiempo de espera infernal me he dedicado a investigar y por casualidad di con esta página, llegando a sentirme parte de vuestra familia y a querer a vuestros hijos como si fueran los míos. No tengo palabras para describir lo que se sufre como madre cuando alguno de tus hijos, o los dos tienen problemas; se por experiencia la frustación que da cuando en las revisiones de salud te dicen que tu hijo está bien, y han pasado por alto muchas cosas, que con los meses salen a la luz y ahora estamos tratando de poner remedio cuando si lo hubieran detectado antes todo hubiera sido mejor. Se por experiencia lo que es ir de médico en médico, lo que es querer dar a tu hijo lo mejor y no saber donde ir porque pierdes la confianza y la esperanza, pero ahí estamos con ellos, día a día, luchando para sacarles adelante. Qué agotador es a veces el día, pero la desesperación desaparece siempre con sus sonrisas. Cada familia tendrá sus problemas, pero me uno a tí por identificarme contigo y por ver en tí esa lucha con una terrible batalla que se diagnostique o no, intentaremos vencer...Los médicos deben ayudarnos en esta lucha, pero también deben mostrar su lado más cariñoso, porque los niños responden mejor. A veces una sonrisa también puede curar o que al menos duelan menos las heridas. Besos.

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