En las últimas semanas hemos subido la velocidad del tratamiento hasta llegar a 40cc por hora. Durante un tiempo nos detendremos en esta velocidad. Todo va bien, Quique ha tolerado las subidas perfectamente, no ha vuelto a tener ningún tipo de reacción. Sin embargo, la doctora me ha explicado que cuando Enrique alcance los 18 kilos, aumentará la dosis de medicamento con lo que recibirá mayor cantidad de enzima. Para no tentar a la suerte, preferimos detener la velocidad en este punto y no hacer coincidir la subida de la dosis con el aumento de la velocidad.
Estamos contentos, en este momento no llegamos a 4 horas de infusión. Es cierto, que se nos suele ir la mañana entera en el hospital, entre la consulta antes del tratamiento y lo que nos hacen esperar mientras lo preparan... Pero es una maravilla poder irnos a comer a casa.
¡¡Qué guapo Quique y qué simpático compartiendo sus galletas!! La verdad es que estáis hechos unos campeones, manteniendo una vida todo lo normal que se puede con todas esas rutinas hospitalarias de por medio. Me alegro mucho de que podáis pasar más tiempo tranquilos en casa y que esos días de hospitales no se os hagan tan largos.
ResponderEliminarUn abrazo.