De vuelta a la normalidad

Pasada la misteriosa infección de Quique, nunca sabremos contra qué luchó su organismo pero lo importante es que el antibiótico le curó definitivamente, esta semana hemos vuelto a reanudar ambos tratamientos. De nuevo recibe la enzima y la vimblastina con normalidad.

Hace unos días volvimos a ver al traumatólogo. Habíamos dejado el tema del corsé aparcado y aprovechando la visita volví a comentarlo con el médico.

Me explicó que el corsé no es algo extremadamente urgente, puede pasar sin él un tiempo más pero, teniendo en cuenta su enfermedad y su posible evolución, lo aconseja para intentar detener al máximo el deterioro en la columna. Tiene dos vértebras aprisionadas por el resto y de seguir involucionando habría que operar. La intención del especialista es retrasar al máximo esa operación que, asegura, llegará con el tiempo. 

Según el médico, pongamos o no el corsé, en un futuro habrá que operar. Pero está convencido de que con el corsé esa operación llegará más tarde que sin él. Y creo que cuanto más tardemos en hacer esa operación mejor para el peque. 

Así, después de haber hablado sobre el tema con todos los entendidos: papás de afectados, médicos, fisioterapeutas... y comprender que, desde el punto de vista respiratorio no reporta ningún inconveniente (algo que preocupaba a la fisio por la cantidad de mocos que suele tener Quique), que para las terapias de fisioterapia y fisioterapia respiratoria se puede quitar sin problema el tiempo necesario para trabajar y que puede ser bueno para retrasar esa operación que llegará en un momento u otro, hemos decidido hacerle un corsé.

Además, el médico me dijo que no será demasiado aparatoso y no le impedirá el movimiento. Espero que cumpla su función y mantenga la columna en su sitio.