Tenía el blog un poco olvidado, pero ya al final de mi embarazo con anemia, ardores, agotamiento constante y un terremoto llamado Quique, no estoy para casi nada. Además, hace muy poquito que he dejado de trabajar...
Mi nena, Irene, está fenomenal, todo va bien, su peso estimado es de 2800, grandota como sus hermanos, y ya está colocadita, dispuesta a salir. Por mi que lo haga ya.
Quique también fenomenal, la operación del cambio de port a cath salió estupendamente, y el nuevo funciona a la perfección.
El corsé ya lo tenemos encargado. Nos han dicho los técnicos que le harán uno blandito y le dejarán libre la zona del porta para que no le oprima nada. También me advirtió de que el corsé le limitará la movilidad algo que le fastidiará porque es un niño muy movido. Hemos pensado, en principio, ponérselo poco tiempo y quizá en esos momentos donde el niño esté tranquilo y sin actividad, e ir aumentando poco a poco según vayamos viendo. Además, el coincidir con el calor tampoco ayudará a la adaptación. Con calma, ya se irá viendo qué es lo mejor para Quique. Eso sí, como todas las prótesis, un corsé no es nada barato. ¿Llegará esta ayuda o se perderá por el camino? No sería la primera vez que nos pasara...
No hace mucho tuvimos revisión con el reumatólogo, suele valorar a Quique cada seis meses aunque la última se nos pasó y hacía un año que no le veía. Pero fueron buenas noticias, el doctor me dijo que le notaba prácticamente igual e, incluso, se atrevía a afirmar que ha mejorado en todas sus articulaciones. Me aseguró que la fisioterapia tiene que ver con esos buenos resultados. Que el niño no empeore en una enfermedad degenerativa ya es buena noticia pero que encima haya mejorado... es perfecta.
Nos queda pendiente la repetición de la prueba del sueño. La neumóloga me dijo que quería hacerla para el verano pasado y aún estamos esperando.
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