viernes, 17 de mayo de 2013

Se educa con el ejemplo...

Un niño con una enfermedad que le impide un desarrollo físico pero no psicológico puede perfectamente cursar una educación ordinaria quizá con la adaptación o exención de alguna materia como pueda ser la educación física, al menos en su parte práctica que no en la teórica. ¿Por qué hay quienes se empeñan en negar oportunidades a niños con algún tipo de enfermedad grave? En cuanto se presenta un problema que no sabemos abordar, enseguida nos excusamos tras la frase de “es que en este colegio no tenemos recursos” y queremos mandarlo a un centro de educación especial. Si ese niño no necesita una educación especial ¿por qué debe ir a un centro específico?
No tengo nada en contra de la educación especial, al contrario, es muy necesaria para muchos niños, entre ellos el mío propio. Santi encontró su sitio en un centro de educación especial, dada su capacidad no podía con los programas de una enseñanza ordinaria y necesitaba mucho más que una adaptación de los temarios. En su caso, era más importante centrarse en el desarrollo y adquisición de una buena autonomía que en aprender a leer o escribir. Ni siquiera fue capaz de hablar. Si es mejor para el niño, por supuesto, hay que luchar por ello. Pero, si el niño no lo necesita…
He tenido contacto con varios casos. En uno de ellos la familia quería un colegio de educación especial para su hija quien no lo necesitaba. La niña tiene un síndrome que le afecta especialmente a su aparato digestivo. Por ello, su desarrollo físico y motor no ha sido el correcto. Su mamá buscaba lo mejor para ella, y quería llevarla a un centro en concreto porque muchos papás le habíamos hablado muy bien de él. El equipo de atención temprana, encargado de valorar a los niños y determinar el tipo de ayuda educativa que necesitan, aconsejó bien a la mamá y la convenció de que por muchos problemas físicos que presente su hija, ella puede perfectamente cursar una enseñanza ordinaria. ¿Para qué vas a reducir sus posibilidades de aprendizaje si tiene capacidad suficiente? La mamá cambió de opinión.
Hay que dar los apoyos educativos a quienes realmente lo necesitan. Muchos colegios, meten en los grupos de apoyo a niños que no lo precisan, que van mal en la materia porque son vagos y no quieren estudiar no porque tengan un problema y no puedan adquirirla. Y se meten en dichos grupos porque de lo contrario no se genera el mínimo de alumnos requerido para su formación. ¿Cuáles son las consecuencias? Los niños que realmente lo necesitan se quedan sin su apoyo y algún profesor sin su trabajo. ¿Cómo puede suceder esto? Al final se organiza un grupo mediocre, donde los alumnos que no requieren de apoyo entorpecen a quienes lo merecen.
Hay familias que no aceptan el problema de su hijo. No quieren ver la realidad que les ha tocado vivir. Que un niño necesite adaptaciones curriculares, significativas o no, no es negativo. Requerir de un trabajo específico con un psicólogo o una terapia determinada, no significa que ese niño sea "tonto", ni "raro", no deja de ser "normal". Estamos acostumbrados a llamar normal a quien tiene una evolución dentro de la media, pero quien sale de ella, por encima o por debajo, ¿deja de ser normal? No lo creo. Cada uno es como es y necesita los apoyos que necesita. Si no requiere de ningún tipo de ayuda, mejor, pero si la necesita no pasa nada por aceptarla. Estos apoyos y terapias son muy beneficiosos. Por ejemplo, niños con hiperactividad aprenden autocontrol gracias a una buena orientación y, por qué no, a una medicación concreta. Y no deja de ser él mismo. No pierde su identidad por necesitar un poco de ayuda.

Otro caso, es similar al que nos contaba Mati en su comentario. Un niño con un grave problema físico pretendía acceder  a una escuela infantil. La mamá se encontró con el rechazo del equipo directivo que le aconsejaba solicitar un centro de educación especial. Cómo pretendemos que los chicos acepten a un compañero con algún tipo de problema que a ellos les resulta extraño o que no son capaces de entender si nosotros, supuestamente adultos responsables, somos los primeros que rechazamos y marginamos a ese niño con la excusa de “no tenemos recursos para él”. Si está en el lugar que le corresponde preocúpate de integrarle y tratarle como a uno más. Se trata de eliminar barreras no de crearlas.
Puede que el centro no disponga de los recursos necesarios para ese alumno, que no esté preparado. En lugar de rechazar al pequeño, debería buscar esos recursos e integrarlos en su centro. Pero claro, eso supone mayor trabajo e implicación. Es más fácil quitarse el problema de encima.
No hace mucho una amiga me contaba que la tutora de su hija se quejaba de tener muchos niños en el aula con lo que no podía atender a cada uno de ellos como le gustaría. Le decía “tengo x niños y además 3 de necesidades educativas especiales, son muchos niños”. Con decir "tengo x niños, son muchos” hubiera sido suficiente para comprender su enorme trabajo. ¿Por qué destacar los tres de n. e. e. ? ¿No forman parte del grupo? ¿No deberían estar integrados en él? Deja mucho que desear como educadora si es ella misma quien etiqueta a sus alumnos.
Si somos nosotros quienes significamos a los chicos, rechazamos y marginamos, ¿cómo pretendemos la integración de los niños con algún tipo de problema o discapacidad? ¿Y de que forma entendemos que deben ser tratados por sus compañeros?
Se educa con el ejemplo…

Mati, para ti esta entrada. Aunque no conteste todos los comentarios, no siempre estoy disponible para internet, siempre los leo y los tengo presentes.  

3 comentarios:

  1. Querida Zita, muchas gracias por tus palabras y por dedicarme tu comentario. En estos momentos, respecto al colegio, estamos igual. De momento no hemos tenido nuevas reuniones, pero yo sigo firme en mi propósito de integrarle en la escuela con los demás niños porque creo firmemente que es lo mejor para él. Ya tenemos fecha, le pondrán la escayola el próximo 7 de junio. Estoy contenta, porque después de seis meses de incertidumbre, por fin vamos a empezar un tratamiento, pero por otro lado, estoy muy triste por tener que escayolarle y tengo mucho miedo a cómo se adaptará él. Espero que no sufra mucho y podamos llevar una vida lo más normal posible. El médico nos ha dicho que estemos tranquilos porque se adaptará fenomenal. No obstante, no me quito la angustia de encima, y he sentido la necesidad de contar mi experiencia y poder tener un espacio personal donde poder expresarme. Por eso, me he atrevido a crear mi propio blog. Me he inspirado totalmente en el tuyo, y lo he titulado "la vida bajo un caparazón". Me he sentido muy sola en este proceso, apoyada por toda mi familia; pero dando pasos de ciego una y otra vez. Por eso espero servir de orientación a aquellas familias que tengan bebés con escoliosis. Lamentablemente en Madrid no hay ninguna asociación de enfermos de escoliosis, animo a todo afectado a unirnos para crearla...En fin, que como verás empieza mi particular batalla, que aunque es muy distinta a la tuya, en el fondo nos une el amor por nuestros hijos y el empeño en normalizar lo más posible su vida, y conseguir que vivan felices por encima de todo. Espero que Quique siga bien. Os deseo lo mejor. Besitos

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  2. Me parece una muy buena reflexión. Los niños aprenden por imitación, con el ejemplo, y si somos los adultos los que miramos raro a alguien por ser distinto, por tener una enfermedad, por hablar un poco diferente o por tener la piel de otro color ¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos?

    Creo que la profesión de maestro debería ser vocacional y quien no ame profundamente a los niños y a la enseñanza, debería tratar de buscar otro camino más adecuado a sus preferencias... Además, con la que está cayendo en Madrid como para meterse a profesor "por el sueldo".

    No puedo estar más de acuerdo contigo.

    Un besote, familia.

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